miércoles

Unos años después.




  Quizás un día nos acordemos de esto, y no vamos a sentir odio. No vamos a reír, pero probablemente vamos a entender.
   Mamá y papá corrían de lado a lado por el departamento, mi hermano mayor estaba disperso en la computadora y leía un librito de esos con dibujos, que menosprecian la inteligencia de los niños pequeños.
- Mamá, quiero ir a la plaza
- Hoy no podemos salir, Mauricio
- ¿Por qué no?
- Porque no es seguro que se pueda volver.
   Y tal como mi mente era insultada con ese libro, lo era de igual manera porque nadie quería ni podía explicarme que era lo que pasaba.  
   Siguieron su curso de un ir y venir entre la cocina y el comedor, pasando ocasionalmente por la habitación de Emiliano cuya mirada estaba perdida en la pantalla.
   Prendieron la televisión, un senior de traje decía palabras que yo no entendía, como “saqueos” y “gendarmería”. En otro canal hablaban de la nueva operación de alguna vedette.
   Mamá y papá hablaban por lo bajo de seguridad vecinal, de defenderse a toda costa. Pero aún así, nadie quería decirme que sucedía, de que nos teníamos que defender.
   Afuera se escuchaban disparos (sólo hoy en día me doy cuenta de que lo eran), gritos, corridas, insultos, sollozos. Se escuchaba el derrumbe de toda nuestra cordura y estabilidad (lo admito, en realidad nunca fue mucha).
   Finalmente, fue Emiliano quien se compadeció de mi incertidumbre y me dijo la verdad.
-          Emiliano, ¿De qué nos tenemos que defender?
-          De nosotros mismos.

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   Argentina, nuestro país, sucumbe ante las garras de monstruos tales como la corrupción, la inseguridad y la desdicha. Hoy es Córdoba, mañana podría ser cualquier otro lugar que se vea sumergido en la profunda boca del lobo.
   Siento tristeza de pensar que estas cosas ocurren en nuestra tierra, la que deberíamos amar y defender, pero en lugar de eso nos atacamos entre nosotros.
   Ayer, hoy, mañana y siempre tenemos que pensar, educarnos, quien dice “no puedo” es porque detrás esconde un “no quiero”. No nos dejemos caer, no dividamos nuestros intereses, hagamos todo lo que esté dentro de nosotros para lograr un bien común.
   Argentinos, no nos olvidemos de nosotros, recordémonos.

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